Los apellidos alemanes comenzaron a aparecer en el siglo XII. Inicialmente, solo los feudales tenían apellidos (Familienname). Los siervos, al igual que las personas comunes, solo tenían un nombre en ese momento. Gradualmente, solo en el siglo XIX, todos los ciudadanos recibieron apellidos.
La mayoría de los apellidos alemanes consisten en una sola palabra. Es interesante notar que la letra „o” es muy rara en los apellidos. Los títulos de los aristócratas (por ejemplo, condes) se convirtieron en parte de los nombres en Alemania. Tales apellidos a menudo incluyen „von” (traducido como „de”), raramente „tsu” (traducido como „en”), o una versión mixta de „von” y „tsu”. Generalmente se considera que „von” indica el lugar de origen del apellido, mientras que „tsu” significa que ese territorio todavía está en posesión de la familia.
Origen de los apellidos alemanes
La gran mayoría de los apellidos alemanes modernos se formaron en algún momento a partir de:
- Nombres personales (Walter, Hermann, Peters)
- Apodos que caracterizan a una persona (Lang, Klein, Stolz)
- Nombres de profesiones u ocupaciones (Koch, Müller)
- Nombres de animales (Wolf, Fuchs, Hahn)
32 de los apellidos alemanes más comunes:
Müller – molinero
Schmidt – herrero
Schneider – sastre
Fischer – pescador
Meier – (administrador de propiedades)
Weber – tejedor
Wagner – maestro de transporte, carretero
Becker – panadero
Schulz – jefe
Hofmann – hombre de la corte
Schaefer – pastor
Koch – cocinero
Bauer – campesino
Richter – juez
Klein – pequeño
Wolf – lobo
Schröder – sastre, costurero
Neumann – hombre nuevo
Stellmacher – tornero
Schwarz – negro (con cabello negro)
Zimmermann – carpintero
Braun – marrón
Krüger – alfarero
Hartmann – de nombre masculino Hartmann
Lange – largo (alto)
Werner – de nombre masculino Werner
Krause – rizado, crespo
Lehmann – propietario de tierras
Köhler – carbonero
Hermann – de nombre masculino Hermann
König – rey
Schlosser – cerrajero